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La algarroba, la fruta ignorada del Mediterráneo, es la solista de este singular aguardiente. Más allá de la viña, los cereales y los olivos, el algarrobo es un cultivo paradigmático del arco mediterráneo. En épocas cálidas, la pose robusta e imponente de este árbol destaca con su verde rutilante en contraste con un terrón de secano. Las vainas de algarroba cuelgan de las ramas como pendientes, madurando poco a poco todo el verano, para acumular unos azúcares valiosos para la transformación en aguardiente.
En la búsqueda para aflorar lo mejor de cada ingrediente, la algarroba representa un reto y una oportunidad excepcionales. Situados en el minimalismo extremo, proponemos una transmutación de la algarroba: de un fruto seco, austero y humilde a un aguardiente sugerente y exuberante, remarcando la belleza y el potencial del aguardiente de algarroba.
Este aguardiente es una expresión de la calidez mediterránea, de un sol deslumbrante, en un lugar elevado repleto de algarrobos de formas fascinantes. Es la pureza rústica, la ruralidad destilada. El descubrimiento caminando entre cuatro árboles solitarios, bellos, adaptados al clima y productivos, encaramados en un margen entre viñedos o de un campo de estos árboles de verde intenso y con las vainas de sus frutos colgando de sus ramas, concentrando golosinas. El toffee y la fruta madura afloran para confirmar la exuberancia del tesoro que abriga este árbol.
Tan sencillo como nuestra versión del sour, uno de los clásicos versionados por todas las culturas cocteleras y con aguardientes genuinos.
INGREDIENTES
5 partes de Aiguardent de Garrofa
2,5 partes de zumo de limón
1 parte de azúcar
1 parte de clara de huevo
DECORACIÓN
Cereza confitada
Trozo de algarroba seca
PREPARACIÓN
Poner todos los ingredientes en la coctelera llena de hielo. La agitamos con alegría y la colamos en un elegante vaso Old Fashioned lleno de hielo. Y si sale espuma, en una copa de cóctel.
Lo decoramos con una guinda confitada y un trozo de algarroba seca.
